De un tiempo para acá he estado sintiendo un deseo ferviente de verdad… y es que técnicamente todo lo que sabemos proviene de imitación, creemos que lo sabemos es la verdad por que así nos lo enseñaron, es decir nada de lo que sabemos en realidad es nuestra verdad, sin embargo nos aferramos tanto a esas enseñanzas que todo aquello que atenta contra su veracidad es tachado de malo, infame, pecado y otra sarta de etiquetas para huir. (puro instinto cavernícola y eso que dicen que somos “evolucionados” pff)
pero… y que tal si aflojo un poquito esos anclajes, que tal si dejo de juzgar y doy la posibilidad al cambio… si en vez de usar como patrón lo que ya conozco, simplemente comparo y me doy la opción de eligir con que concepto quedarme entonces en realidad estaría aprendiendo y no imitando.
Desaprender para aprender!